lunes, 22 de marzo de 2010

Viaje a Grecia-7º/8º día (y final)

Pues sí, amigos. Nuestro viaje tocó a su fin. Con una mañana libre antes de dirigirnos al aeropuerto, unos decidimos levantarnos más temprano para realizar algunas compras en Atenas mientras que otros se dedicaron a pasear plácidamente en medio de un tiempo muy agradable y que se prestaba a ello.

A las 14:15 horas, puntualmente llegó nuestro autocar que nos llevó de regreso al aeropuerto "Elefthérios Venizelos" donde, tras los trámites habituales, embarcamos en un avión de Iberia con destino Madrid, adonde llegamos a las 19:40 hora española. Después de la recogida de equipajes, nos dirigimos a los coches, aunque cada uno prefirió seguir su ritmo antes de llegar a casa. El que escribe estas palabras llegó a Montijo al punto de partida frente al IES Vegas Bajas a las 2 horas de la madrugada.

Y con cansancio, pero felices, nos fuimos a acostar para poder disfrutar de ese merecido descanso con el que tener las pilas cargadas para comenzar con fuerza esta semana que se inicia.

Con esto me despido de todos vosotros, confiando en que os hayan gustado estas crónicas del viaje y en la esperanza de repetir no muy lejos en el tiempo.

¡HASTA LA PRÓXIMA! Μέχρι την επόμενη φορά

Foto 1. Cansados, esperando al autocar de regreso al aeropuerto, en la recepción del hotel.

viernes, 19 de marzo de 2010

Viaje a Grecia-6º día

Día 6: 7:30 nuevo madrugón y preparación de la maleta. Sí, casi nos habíamos olvidado de que hoy no había "clase", pero eso no es nada. De hecho estamos pensando en tomarnos el día libre el lunes. Ja. Ja. Ja.

Yendo al grano, tras el desayuno nos dirigimos a las ruinas de Delfos y realizamos una visita exhaustiva de las mismas. La guía, nuevamente, nos informó de forma muy precisa (casi parecía que estaba en 1º de carrera...) y pudimos visitar todo lo visitable en Delfos menos el stadion, cerrado por desprendimientos. Por supuesto, consultamos al oráculo en el templo de Apolo para saber cómo iba a ser el examen de Lengua. La pitonisa dijo: «Si atraviesan el libro del conocimiento, conquistarán una gran nota». Ahí queda eso...

Después, tras un delicioso y refrescante frappé métrio, iniciamos la visita al museo arqueológico en el que pudimos ver la esfinge, los frontones del tesoro de Sifnos, los kouroi Cleobis y Bitón y, la pieza estrella: el auriga de Delfos.

Concluida la visita, almorzamos en el pueblo serrano de Aráhova, en las faldas del monte Parnaso, ya en la región de Beocia (Viotía). Pudimos degustar un plato de metzedes consistente en hojaldre de queso (tyrópita), dolmádes (hoja de parra rellena de carne y arroz) y otros. Además, la mayoría optamos por comer biftékia rellenos de queso y, como colofón, pasteles (glykó) griegos y un ellinikó (café al estilo griego).

Desde allí nos dirigimos a Atenas, adonde llegamos hacia las 17:30 horas, con lo que tuvimos tiempo más que suficiente como para callejear por el barrio de Pláka y el Kendrikí Agorá (Mercado Central) antes de la cena en una taberna típica de tapas en la que pudimos convivir con algunos de los participantes en el circuito con los que había cierta camaradería.

Y eso es todo por hoy, amigos. Mañana pasaremos la mañana de compras o descansando antes de ir al aeropuerto que nos trasladará de nuevo a Madrid. Por ello, la crónica de mañana será escrita ya en domingo desde casa. Deberéis esperar ansiosamente por el fin de esta entrega que no por ser la última será menos interesante.

Foto 1. Gato callejero en Delfos. ¿Qué sería de un viaje a Grecia sin ellos?
Foto 2. Falda del monte Parnaso en Delfos.
Foto 3. Zona montañosa de Delfos.
Foto 4. Tesoro de los atenienses.
Foto 5. Templo de Apolo, hexástilo, períptero y anfipróstilo.
Foto 6. Auriga de Delfos.
Foto 7. Tholos de Marmariá.

jueves, 18 de marzo de 2010

Viaje a Grecia-5º día

Día 5. Hora de levantarse: 7:30. Desayuno y salida a las 8:30. Nos dirigimos al recinto arqueológico de Olimpia (Olimbía), que está al lado, y, tras los trámites burocráticos necesarios, comenzamos la visita. La guía que llevamos comienza su explicación en el Gymnasion y después en la Palestra. Parece que le hayan puesto pilas «Duracell» porque, entre tanto, llegan las hordas de turistas ávidos de visitar rápidamente el yacimiento y volver a su barco (eran turistas de cruceros) con lo cual la visita llegó, por momentos, a ser agobiante. Entre el dolor de cabeza levantado por la clase magistral de 1º de carrera de Historia y la marabunta de gente, en fin, para qué decir más...

Por fin, tras una visita básica, pudimos descansar media hora, que aprovechamos para tumbarnos al sol en el Stadion donde se celebraban los Juegos Olímpicos antes de comenzar la visita del Museo Arqueológico. La pesadilla continuó, solo que en vez de ser en Elm Street era en Olimpia. Imaginaos lo que es aguantar a una persona que habla y habla y habla y habla desde las 8:30 hasta las 13:15 horas casi sin parar. No me extraña que algunos se fugaran..., incluyendo gente que no era parte de nuestros alumnos. Sin embargo, las obras vistas eran preciosas, ya que daban una panorámica de la escultura desde la época geométrica hasta la época romana, con especial énfasis en la época arcaica y clásica. La obra cumbre es un original encontrado allí. ¿Sabéis cuál es? ¡Adivinad!

El almuerzo se hizo en un restaurante "recomendado" aunque, visto lo visto, parece que la calidad se degrada por momentos. Satisfechas esas necesidades perentorias de llenar el estómago, nos dirigimos hacia Pátra, capital del nómos de Acaya (Ahaía), donde podemos contemplar la basílica neobizantina de Ayías Andreas. Desde allí seguimos ruta hacia Delfos (Delfí) atravesando el puente de Río/Andirrío, que conecta la región del Peloponeso con la Grecia Central, concretamente con el nómos de Etolia-Acarnania (Etolía-Akarnanía) y que constituye el punto más estrecho en el inicio del profundo golfo de Corinto, en el mar Jónico. Obviamente, vimos el lugar donde se desarrolló la batalla de Lepanto de 1571 en la que la flota turca fue diezmada por la Liga Santa y Cervantes quedó manco. Hoy, tal localidad, de nombre Náfpaktos, no deja de ser una apacible y tranquila villa a orillas del mar.

Tras dejar atrás Náfpaktos, bordeamos la costa pasando por pueblecitos pintorescos al tiempo que veíamos las cercanas montañas nevadas del Peloponeso, del otro lado del golfo de Corinto. Llegando a Itea (antiguo puerto de Delfos), atravesamos el «mar de olivos», un valle cubierto exclusivamente por unos cuatro millones de olivos sin solución de continuidad. Llegados a Delfos, somos alojados en el hotel, de alta categoría, como corresponde a gente con clase y podemos disfrutar de una deliciosa cena griega al son del piano tocado por un músico al efecto que nos amenizaba el ágape.

Ahora nos surgen dudas existenciales: ¿Volveremos a pasar la pesadilla de tener que soportar a la guía de nuevo de la misma manera que hoy? Ese misterio será desvelado mañana.

Foto 1. Foto de grupo en el stadion.
Foto 2. Vista general del stadion.
Foto 3. Lugar donde se enciende la llama olímpica en la actualidad.
Foto 4. Vista general de un tholos que recibe el nombre de Philippeion.
Foto 5. Obra cumbre del Museo Arqueológico. ¿Sabéis cuál es?
Foto 6. Pobrecitas..., se quedaron «roque».
Foto 7. Pátra. Catedral neobizantina de Ayíos Andreas.
Foto 8. Interior de la catedral, con una enorme lámpara de madera.
Foto 9. Puente Río-Andirrío.
Foto 10. Vista del pequeño puerto de Náfpaktos (Lepanto).

miércoles, 17 de marzo de 2010

Viaje a Grecia-4º día

Bueno chicos/as. Como habréis notado, aquello de la «envidia cochina» iba totalmente en broma. En realidad sabemos que os gustaría estar con nosotros ahí, pero que por motivos diversos no ha sido posible. De ahí que queramos compartir nuestras experiencias con vosotros.

Día 4. 6:45 de la mañana. Suena el despertador. Hoy tenemos por delante un duro día de circuito. Desayunamos y nos dirigimos al autocar que nos llevará a recorrer el Peloponeso. Tenemos una guía griega que habla español, lo cual facilita mucho las cosas puesto que da información esencial en los lugares visitados, además de numerosos apuntes culturales de la Grecia clásica y la actual.

Salimos de Atenas en dirección a Corinto y pasamos por lugares tan evocadores para los especialistas en Historia Antigua de Grecia y expertos en Filología Clásica como Eleusis (hoy Elefsína) y Mégara. Además, podemos disfrutar de bellas vistas sobre la isla de Salamina. En Corinto nos detenemos a ver el canal del mismo nombre, que sobrecoge por su espectacularidad. Aprovechamos para tomar un café, aunque aquello parecía un gran centro comercial lleno de cafés y quioscos y con mucha gente (¡Cómo será en agosto!).

Una vez satisfechas nuestras necesidades, emprendemos ruta hacia Epidauro (hoy Arhéa Epídavros) atravesando pintorescos lugares de la costa de la Argólida (Argolída) antes de llegar al lugar. El teatro sobrecoge por su magnificencia y su acústica, aunque tenemos la mala suerte de estar "arropados" por sucesivas hordas de grupos de estudiantes con sus profesores de todas las edades y en número que tendía casi al infinito.

De ahí nos dirigimos a Nauplia (Náfplio) ciudad antigua que fue la primera capital griega tras la declaración de la independencia contra el imperio turco otomano hasta su traslado definitivo a Atenas en 1834. De camino a Micenas pudimos contemplar las murallas ciclópeas de Tirinto hasta que llegamos a este lugar que destaca por su belleza entre las montañas y las llanuras sobre las que se asientan Nauplia y la vecina ciudad de Argos. Si Epidauro ya había sido malo por la afluencia, Micenas será aún peor. La visita a la Tumba (táfos) de Agamenón va a implicar amplias dosis de paciencia. Afortunadamente, como estábamos cerca del cierre (cierre de invierno a las 15 horas), aprovechamos para disfrutar los últimos momentos en paz y silencio y poder ver la Puerta de los Leones en condiciones, así como el palacio real, el mégaro y más tumbas, todas ellas entre el siglo XVII y el siglo XIII a.C.

Por fin pudimos almorzar después de este intenso programa de visitas. Como nos temíamos, nos llevaron a un restaurante ya acordado por la organización, aunque no comimos del todo mal, si bien a algunos las raciones se nos antojaron un tanto escasas. Satisfechas nuestras necesidades alimenticias, nos dirigimos hacia Olimpia atravesando la región de Arcadia, donde muchos de nuestros alumnos entraron en una especie de Arcadia Feliz al dejarse llevar en los brazos de Morfeo. Tras pasar Trípoli, llegamos a Megalópoli donde realizamos una parada técnica en un bar de mala muerte también "recomendado" por la agencia organizadora. De allí nos dirigimos a Mesenia, alcanzando ya la costa jónica que bordeamos hasta llegar a Olimpia.

Una sorpresa nos aguardaba: nuestro hotel iba a ser el mejor de la zona: 4 estrellas, habitación con todo lujo de detalles, incluyendo sofá y terraza, además de piscina exterior. La cena, que ya venía incluida en nuestro viaje fue rica y variada y en un entorno muy agradable.

En fin, mañana seguiremos comentando cosas imbuidos ya de un espíritu "olímpico".


Foto 1. Isla de Salamina vista desde el continente.
Foto 2. En el autocar.
Foto 3. Canal de Corinto.
Foto 4. Teatro de Epidauro.
Foto 5. Foto de grupo en el teatro de Epidauro.
Foto 6. Vista general de Nauplia.
Foto 7. Acrópolis de Micenas.
Foto 8. En la Puerta de los Leones de Micenas.
Foto 9. Almorzando.
Foto 10. Habitaciones del Hotel Europa en Olimpia.

martes, 16 de marzo de 2010

Viaje a Grecia-3º día

Día 3. 7:30 horas. Toca levantarse de la cama. Desayuno en el hotel como de costumbre y salida con retraso como de costumbre también. Nos dirigimos a la plaza de Omonia, la segunda más importante de Atenas a través del barrio de Monastiráki, pasando por su Kendrikí Agorá, es decir, el Mercado Central, que tiene muchas reminiscencias de los bazares orientales. Vemos una ciudad viva, en plena ebullición, con una multitud de puestos callejeros en los que se vende de todo y para todos: monturas de gafas del año de Maricastaña, radios antiguas y toda suerte de cosas (Si. Dan ganas de coger esos objetos que estorban en casa y sacarse unos cuartos con ellos). Y como no podía ser de otra manera los períptera (quioscos) de la Plaza Omonia llenos de revistas y películas "porno" para todos los gustos y a la vista de todos.

Seguimos en frente y llegamos al Museo Arqueológico Nacional que nos permite ver la evolución principalmente de la escultura griega desde el Neolítico pasando por la cultura cicládica (de este archipiélago del mar Egeo) y la cultura micénica para luego adentrarse en la época oscura con la famosa etapa geométrica (enorme uno de los vasos del Dypilón) y de ahí la evolución de la etapa arcaica, clásica y helenística hasta llegar a la época romana, finalizando en el Alto Imperio. Además, pudimos ver unas secciones más cortas dedicadas a los objetos de bronce a lo largo de toda Grecia y una colección privada, cedida al museo, de arte egipcio, siguiendo su evolución desde el Imperio Antiguo hasta la época romana.

Cuando salimos, la necesidad apremiaba y decidimos tomarnos un respiro yéndonos de nuevo a la Plaza Omonia. En eso entramos en una manifestación en la que por altavoces los dirigentes sindicales arengaban a los participantes, que portaban pancartas para protestar por la situación económica, sobre todo en vista de que mañana hay huelga general. Paralelamente fuimos obsequiados con una muestra de champú anunciado por un conocido futbolista muy bien pagado de cierto equipo de Madrid que una chica iba dando al lado de un períptero. En fin, reivindicación proletaria y economía de mercado en un mismo espacio... las contradicciones del sistema capitalista, oigan.

Mientras tanto, algunos de nuestros alumnos, a pesar de los repetidos (y fallidos) intentos de controlarles, no dejaban de hacer el ganso por la calle canturreando o echando piropos a las chicas... Se ve que las hormonas todavía bullen con cierta fuerza. El clímax fue cuando encontramos un grupo de amerindios cantando en la calle en plena Plaza Omonia y les preguntamos si eran del Perú, lo que llevó a una bonita conversación y algo más. Amenizando la velada una muestra representativa de nuestros alumnos se dedicó a cantar, para hacer las delicias del público presente, la famosa canción de la "Macarena" con baile incluido y todo haciendo uso del equipo de sonido de los peruanos.

Y como eso da hambre, fuimos al Hondos Center ("El Corte Inglés" pero a la griega), en el que pudimos saborear deliciosos tentempies dulces y salados, amén de los proverbiales cafés al estilo griego. Y de ahí hacia la costa. Metro hasta la Plaza Sýndagma y tranvía en dirección Voula desde donde alcanzamos la localidad de Glyfáda, a orillas del Egeo y con vistas a las islas de Egina y Salamina, la región de la Argólida al fondo (ya en el Peloponeso) y, en general, todo el Golfo Sarónico. Ello nos permitió comer tranquilamente y dar paseos al lado del mar en medio de una temperatura que, ora estaba fresco, ora hacía calor, propio de un mes traicionero que anuncia la primavera, pero con temperaturas de 17ºC.

A la vuelta, nos dirigimos a El Pireo en tranvía en otra línea con la intención de conectar con la línea de metro en Nea Falíro. La mala suerte quiso que llegásemos y nos encontrásemos con un tramo en obras lo cual, al no estar señalizado, nos desconcertó. Para más inri, el que suscribe, decide que nos subamos en el metro que estaba en el andén hasta la estación terminal de El Pireo por si allí hay algún tipo de cambio o el metro sigue sin parar en la estación en la que estábamos pero en dirección a nuestro destino. Cuando ya había entrado, los chavales, que estaban algo retrasados, algunos cansados, otros absortos en sus conversaciones, las puertas se cierran, llevando al profesor solo hasta la estación terminal, de la que tuvo que volver y, ya sí, con información en mano, llevar a los alumnos a la parada cercana de autobuses que hacían el transbordo de forma gratuita hasta la siguiente estación. Desde allí, cual sardinas en lata por razones obvias, conseguimos sobrevivir y llegar a la estación a la que nos proponíamos de Neratziotissa, al norte de la ciudad de Atenas con la intención de enseñarles el centro comercial «The Mall» para ver y realizar algunas compras.

Finalmente, todos cansados, regresamos otra vez en metro y cenamos un tentempié ligero cerca del hotel. El cansancio de ellos pudo más que los deseos de comer. Es por lo que no se encontrarán aquí comentarios de los alumnos en el día de hoy. El profesor consiguió reventar a los alumnos. Je. Je. Je.

Así que nada, ahora descansamos plácidamente ya que mañana nos espera una dura travesía de 300 km. por el Peloponeso. Seguimos agradeciendo a nuestros fans las muestras de apoyo, pero sobre todo las de su envidia cochina. Ja. Ja. Ja.


Foto 1. Frente al Museo Arqueológico Nacional.
Foto 2. Cantando la "Macarena" en la Plaza Omonia.
Foto 3. Puerto pesquero y marina de Glyfada con la isla de Egina al fondo.
Foto 4. Tranvía a Voula.
Foto 5. En el tranvía.
Foto 6. Puesta de sol sobre el Egeo.
Foto 7. Autopista hacia Atenas vista desde la estación de Neo Falíro (en El Pireo).

lunes, 15 de marzo de 2010

Viaje a Grecia-2º día

Día 2. Siete de la mañana: hora de levantarse. Nos espera un día duro. Desayunamos en el hotel (nada del otro mundo) y nos disponemos a visitar la Atenas clásica. Llegamos a la zona de Thysío, en las cercanías del Ágora y subimos por la calle (ódos) Apostolou Pavlou y llegamos hasta la de Dionisiou Areopagitou donde se encuentra la entrada para la Acrópolis. Llegamos temprano. Queremos evitar una marabunta de gente llegadas en autocar y grupos numerosos. Entramos y comenzamos a ver lo más significativo: la colina de Filopappou enfrente (donde nació la democracia ateniense), el Odíon Herodes Attikou, una antigua academia de medicina del s. II a.C. y el cercano teatro de Dionisiou, del siglo III a.C. Vemos los Propileos, notablemente restaurados y limpios respecto a visitas anteriores y podemos al lado ver por fin, aunque con andamios, el templo de Atenea Niké. Pero, sin duda, la joya de la corona es el Partenón, en cuya visita no faltó la foto de rigor del grupo. Después el Erecteion, ya restaurado y con las Cariátides "descontaminadas". Finalmente, el Belvedere, desde el cual vemos parte de la ciudad, especialmente el barrio de Pláka.

Salimos y nos dirigimos al Areópago, donde se reunía el Tribunal ateniense y dónde en el libro de los Hechos de los Apóstoles se habla de la llegada del cristianismo a Atenas con el apóstol Pablo, cuando predicó en esta montaña. De ahí bajamos hacia el Ágora viendo, entre otras cosas, la Stoá de Atalo II de Pérgamo, en la que hay un museo en el que podemos ver la evolución de la cerámica griega desde la Edad del Bronce hasta la época medieval, con especial atención a la cerámica de la etapa geométrica, la época arcaica, clásica y helenística, y el Thysíon o Hefestíon, un templo dedicado a Hefestos, dios de los herreros (el Vulcano romano). Y como ya se hacía necesaria una parada, salimos del recinto y nos fuimos a tomar algo y comer un tentempié en una típica taberna griega en la que fuimos amenizados con música repetidas veces (¡Y fuimos aligerados de monedas!).

El barrio antiguo de Monastiráki y Pláka nos aguardaba, por lo que dedicamos un tiempo a las compras de recuerdos, camisetas, etc., además de satisfacer otros deseos no menos importantes como el de restaurar nuestro cuerpo a través de sugerentes y deliciosos alimentos en los que no pudo faltar el gyros con pan de pyta de carne de ternera o pollo. ¡Imprescindible en cualquier viaje a Grecia que se precie! Pudimos ver también varias iglesias bizantinas como la Mikrí Metropóli y la Torre de los Vientos, del siglo II a.C. al fin de la calle... Eolou, particularmente interesante por ser uno de los escasísimos ejemplos de uso de una cúpula en el arte griego. Después nos dirigimos a la plaza más importante de Atenas: la Sýndagma Platees, donde está situado el Parlamento y los evzoni, soldados vestidos con traje griego tradicional, realizan el cambio de guardia que, por supuesto, seguimos, en sus graciosos movimientos.

De ahí, ya con menos fuerzas, decidimos acabar el capítulo de visitas con una subida al monte Lykabittós a través del elegante barrio de Kolonáki, desde el cual se ven las mejores vistas de Atenas. Tras una subida bastante empinada, cogimos funicular para llegar allí y aprovechamos también para bebernos unos deliciosos cafés como el frappé y helados en la cafetería del lugar con vistas al resto de la ciudad y sentados en unos comodísimos sofás que hacían la velada muy agradable. Finalmente volvimos en metro hasta el hotel en el que paramos para asearnos un poco y cenar. Esta vez cenamos a base de metzedes (tapas griegas) variados y algunos pudimos saborear un delicioso y cremoso yogur griego con miel y nueces. ¡Una experiencia digna de los dioses del Olimpo!

Y nada. Esto es lo que ha dado de sí el día de hoy, amén de múltiples experiencias que dejamos para la vuelta y algunos secretos inconfesables...

Foto 1. El grupo en el Partenón.
Foto 2. Areópago (primer plano) y parte del Ágora (segundo plano).
Foto 3. Stoá de Atalo II de Pérgamo en el Ágora.
Foto 4. En una taberna griega con orquestas ambulantes.
Foto 5. Atenas popular: Plaza de Monastiráki.
Foto 6. Plaza Sýndagma.
Foto 7. Cambio de guardia de los evzoni.
Foto 8. Vista de Atenas desde el Lykabittós. Se ve El Pireo y la isla de Salamina al fondo.
Foto 9. Tomando un delicioso café frappe. Glykó (dulce), por supuesto.
Foto 10. La Acrópolis con la iluminación nocturna vista desde el Lykabittós.

P.D. Las respuestas a los comentarios del día 1 están en el mensaje de ese día.

domingo, 14 de marzo de 2010

Viaje a Grecia-Bachillerato Nocturno 2010-1º día.

Pues sí. Es cierto. Por primera vez en la historia del Nocturno del IES Vegas Bajas se realiza un viaje de estudios y en este caso el destino elegido es Grecia. Dada la significación de este hecho pretendemos (siempre que la conexión Wi-Fi nos deje) actualizar contenidos día a día, ofreciendo a los lectores información actualizada y fotografías ilustrativas de los lugares recorridos.

El viaje comienza en Montijo a las 3 horas de la madrugada del domingo 14 de marzo justo en el aparcamiento existente enfrente del IES Vegas Bajas. Desde ahí, nos desplazamos a Madrid hasta el aeropuerto, no sin antes tomar un desayuno castizo incluyendo los tradicionales churros a primera hora de la mañana antes de proceder al embarque en la T-4 en un vuelo de Iberia con destino a Atenas.

Había bastante gente en el aeropuerto y, tras pasar el control pertinente (casi nos desnudan), cogimos un monorraíl magnético que nos llevó hasta la puerta de embarque, desde donde pudimos acceder al avión. Durante un almuerzo mediocre ofrecido por la compañía, pudimos disfrutar de vistas sobre las islas de Mallorca, Menorca, Cerdeña, el volcán de la isla de Stromboli, que estaba en eruupción, y la región italiana de Calabria así como divisar el golfo de Tarento antes de llegar a una Grecia cubierta con un manto de nubes tras el cual, una vez atravesado, aparece ante nuestros ojos el aeropuerto Eleftherios Venizelos de Atenas.

Después del traslado y acomodación en el hotel, desde la terraza del mismo, con vistas a la Acrópolis, decidimos ir a cenar a una típica taberna griega en el barrio de Psirí, donde todos pudieron, con mayor o menor acierto, practicar en griego y en inglés. El menú fue típicamente griego: una ensalada griega (joriatikí saláta, con pimiento, tomate, alcaparras, aceitunas moradas, cebolla y queso féta griego, aliñado con aceite de oliva), tsatsiki (una salsa griega hecha con yogur, pepino, ajo y especias), acompañado con pan tostado en aceite de oliva y especias, biftéki (una especie de hamburguesa de vacuno muy especiada, al estilo oriental) o pastitsio (una especie de lasaña hecha a base de unos macarrones pequeños). Y para rematar, cómo no, un chupito de ouzo, que viene a ser como un orujo anisado.

Y como la fiesta no podía dejar de continuar, nos dirigimos a un café cercano en el que las chicas pudieron disfrutar de su copa gratis y pudimos bailar al son de música griega y española (¡sí, tenían este tipo de música también!) antes de irnos, ya muy cansados, a la cama.

¡Mañana más, comenzando con un desayuno en terraza con vistas a la Acrópolis al amanecer!


Foto 1. Grupo de viajeros antes de iniciar ruta frente al IES Vegas Bajas.
Foto 2. En Madrid poco antes de tomar chocolate con churros.
Foto 3. Haciendo el ganso... algunos.
Foto 4. Frente a la Puerta del Sol.
Foto 5. Embarcando en la T-4.
Foto 6. Esperando por el equipaje en el aeropuerto de Atenas del vuelo procedente de "Madriti".
Foto 7. Vista de la Acrópolis desde la terraza del hotel.
Foto 8. Plato de joriatikí saláta.
Foto 9. Foto de tsatsiki. Mmmm...
Foto 10. Comiendo una rebanada de pan con tsatsiki.
Foto 11. Plato de bifteki y pastítsio.
Foto 12. Tomando unas copas.

Y nada más por hoy. Kaliníjta! (Buenas noches, en griego).