jueves, 4 de julio de 2013

Las últimas orlas del Nocturno

La tradición de componer orlas estrafalariamente distintas en el Vegas Bajas nocturno no se ha perdido en los últimos años, aunque éstas no hayan aparecido en este blog, tan abandonado por la desidia de los profesores. Entono el mea culpa de nuevo. En los últimos cursos los alumnos y algunos profesores han realizado actividades muy interesantes que merecían haber sido difundidas en esta página; pero por unas cosas o por otras hemos ido dejando de lado este blog, especialmente yo. A ver si los responsables hacemos propósito de enmienda para el curso que viene.

No sé si este año ha sido el último en el que me encargo de la orla del Nocturno. Cada año me propongo hacer la orla antes para que no se junte el trabajo de composición con el final de curso de 2º de Bachillerato y así  poder tomarme mi tiempo, realizarla con calma y con cariño... pero siempre acabo por hacerla a última hora, trasnochando durante la semana final de mayo y retocando fallos justo antes de la impresión, cuando faltan un par de horas para la entrega. Siempre me digo que ya está bien, que no vuelvo más, que es la última vez que me pasa... y siempre vuelvo a tropezar en la misma piedra. Pero este año en concreto he estado a un tris de mandarlo todo al garete (por no decir algo menos decoroso).

Las orlas de los últimos años han tenido como tema dos formas distintas de arte. La de la promoción del 2011-2012 fue un homenaje a los clásicos de la pintura. Quizá los profesores tengamos demasiado protagonismo en ella y los alumnos, a quienes debe dedicarse la orla, merecían algo mejor. No acabé demasiado convencido con el resultado en su momento y sigo sin estarlo ahora, pero reconozco que pasé ratos muy divertidos caracterizando a mis compañeros.




La orla de este pasado 2012-2013 quise que estuviese dedicada al cine, en concreto al género clásico por excelencia: el western. El Noctuno tiene algo de fronterizo, de agreste, si me pongo estupendo diría que tiene su faceta épica. Una orla en blanco y negro con el far west como motivo podría retratar estupendamente el espíritu del Nocturno.

Como eran pocos los alumnos que al principio se decidieron a poner su imagen en mis manos, me decidí por vez primera a caracterizarlos también, lo cual ha supuesto un trabajo extra. Después se quisieron sumar algunos alumnos más y el trabajo acabó siendo bastante extenuante... tanto que acabé harto de la dichosa orla. El resultado está plagado de fallos que no tuve tiempo de corregir, pero a los alumnos parece haberles gustado; eso se agradece y compensa tantas horas de estar renegando de todo lo que se menea delante del Gimp.





sábado, 20 de abril de 2013

El cyborg, entre filias y fobias

 
El film "Sin límites" (Limitless, Neil Burger, 2011) traslada el mito de Fausto al territorio de la ontología cyborg. El resultado es un producto que tiene la curiosa propiedad de dividir al público entre partidarios y detractores de las decisiones del protagonista.

Pero vayamos por partes ¿Quién era Fausto? En la tradición popular (versionada una y mil veces en la literatura, la ópera y el cine) Fausto era alguien insatisfecho con su vida que vende su alma al diablo a cambio de veinticuatro años de creatividad intelectual y acceso a los placeres mundanos. Sobra decir que la decisión de Fausto siempre ha sido considerada pecaminosa por vender al diablo su alma inmortal.

En el film de Burger el diablo no existe, pero surge un nuevo dilema moral: el protagonista adquiere, gracias a una droga experimental, capacidades mentales muy superiores a las de los humanos convencionales ¿Se trata de una mejora de su condición humana o, por el contrario, de una renuncia a su humanidad?

Y es en este punto donde el mito de Fausto entra en el territorio cyborg. Para la cultura cyberpunk el cyborg es el resultado de la mejora del ser humano por métodos artificiales. Desde la simple utilización de gafas, piezas dentales u otras prótesis externas hasta la ampliación de las capacidades mentales mediante implantes electrónicos, pasando por la cirugía de reasignación de género o el uso de órganos artificiales, un amplio abanico de procedimientos médicos permiten modificar nuestros cuerpos a voluntad. Frente a esta posibilidad las opiniones del público (y de la sociedad en general) están encontradas:
  • Algunos espectadores consideran aberrante la conducta del protagonista (con comentarios tales como "no es natural", "no es justo", "es un insulto a la inteligencia el que dependa de una pastilla") e hipócrita la de quienes sabiendo cual es el origen de las capacidades del protagonista aceptan de buen grado su comportamiento aunque se nieguen a hacer lo mismo que él.
  • Otros, sin embargo, no ven ningún problema moral en aprovechar la posibilidad de realizar mejoras en el propio cuerpo (incluso asumiendo el riesgo de efectos secundarios no deseados) siempre y cuando dicha posibilidad estuviese al alcance de todos.
¿Es el cyborg el marginado social del futuro? Si un avance biomédico permite mejorar significativamente el cuerpo de una persona (aumentando su inteligencia, su capacidad física o su tiempo de vida, por ejemplo) ¿Inspirará eso el rechazo social de parte de la población? ¿Se dictarán leyes para "proteger" a los humanos "convencionales" de la competencia "desleal" de estos cyborgs? ¿Se verán los cyborgs obligados a ocultar su condición? ¿Qué ocurrirá con estos cyborgs ocultos cuando sus prótesis fallen inesperadamente haciendo público su caracter transhumano? ¿Como será el "salir del armario" de estos cyborgs?

Es sólo cuestión de tiempo que estas preguntas, ahora aparentemente absurdas, formen parte de una problemática social real.