Estimados y selectos lectores:
Este curso la responsabilidad de hacer la orla de 2º de Bachillerato recayó sobre mi persona, humilde principiante en las artes del diseño y composición gráficos. El listón artístico que puso Quico, nuestro queridísimo predecesor, es demasiado alto. No obstante, me puse manos a la obra con la intención de continuar nuestra tradición de orlas poco convencionales. Quico, además de bellas imágenes, añadía un toque divertido. Yo, por ahora, me he tenido que reservar el sentido del humor para la tarea de no perder la paciencia en estos primeros pasitos.
Quiero publicar aquí la orla porque, aun con todos sus defectos, la calidad de la imagen digital nada tiene que ver con la calidad de la imagen impresa. Por alguna suerte de demonio tecnológico, la versión impresa es oscura, con sombras en las caras que deforman la expresión, sin apenas contraste entre el fondo y los primeros planos. Esto es algo que, lamentablemente, he podido descubrir el mismo día de entrega de orlas, puesto que no pude revisar las pruebas de impresión antes para hacer los retoques pertinentes.
Aquí dejo, pues, la imagen de la orla, por si hace más justicia a los fotografiados que la versión impresa, y por si algún interesado desea descargarla e imprimirla por su cuenta en mejores condiciones que las que nosotros hemos ofrecido.
Sin más, recibid un cariñoso saludo.
domingo, 27 de mayo de 2018
viernes, 30 de junio de 2017
Tres orlas y un adiós
Ya llevaba este blog abandonado durante bastante tiempo y es hora de ponerlo al día por lo menos en el asunto de las orlas.
La orla pop-art de 2014 causó estragos y dejó el asunto de las orlas "raritas" del nocturno bastante tocado. Nadie quería correr el riesgo de aparecer en un recordatorio para toda la vida con una foto espectral como las que salen en el programa de Íker Jiménez. Así pues, en la sesión fotográfica para la orla de 2015 sólo se presentaron cinco o seis alumnos; el resto rehusó amablemente la invitación , lo cual fue un golpe mortal para el proyecto de ese año. Una orla con más profesores que alumnos no resulta bonita y el ego del "artista" no quiso ni pudo admitirlo. En consecuencia, después de bastantes años, en 2015 el nocturno se volvió a quedar sin orla.
Los ecos de la orla de 2014 se sintieron también en 2016, aunque en este caso los alumnos aceptaron aparecer en la orla con una condición innegociable: ellos aparecerían en las fotos con su belleza natural, sin añadidos ni retoques; los profesores podían aparecer con el disfraz que nos diera la gana. Aun así, los recelos persistían y sólo once alumnos desearon formar parte de ella.
La orla de 2016 recupera el aire gótico de las antiguas orlas del nocturno. Los profesores somos ángeles, pero ángeles oscuros en esa dualidad de bien y mal, amor y odio con la que buena parte de los alumnos nos ven y nos valoran. Colores crepusculares, vestidos y ropas en las que predomina el negro y posees que combinan lo etéreo y el macarreo son la nota de esta orla que gustó bastante más que la anterior.
La orla pop-art de 2014 causó estragos y dejó el asunto de las orlas "raritas" del nocturno bastante tocado. Nadie quería correr el riesgo de aparecer en un recordatorio para toda la vida con una foto espectral como las que salen en el programa de Íker Jiménez. Así pues, en la sesión fotográfica para la orla de 2015 sólo se presentaron cinco o seis alumnos; el resto rehusó amablemente la invitación , lo cual fue un golpe mortal para el proyecto de ese año. Una orla con más profesores que alumnos no resulta bonita y el ego del "artista" no quiso ni pudo admitirlo. En consecuencia, después de bastantes años, en 2015 el nocturno se volvió a quedar sin orla.
Los ecos de la orla de 2014 se sintieron también en 2016, aunque en este caso los alumnos aceptaron aparecer en la orla con una condición innegociable: ellos aparecerían en las fotos con su belleza natural, sin añadidos ni retoques; los profesores podían aparecer con el disfraz que nos diera la gana. Aun así, los recelos persistían y sólo once alumnos desearon formar parte de ella.
La orla de 2016 recupera el aire gótico de las antiguas orlas del nocturno. Los profesores somos ángeles, pero ángeles oscuros en esa dualidad de bien y mal, amor y odio con la que buena parte de los alumnos nos ven y nos valoran. Colores crepusculares, vestidos y ropas en las que predomina el negro y posees que combinan lo etéreo y el macarreo son la nota de esta orla que gustó bastante más que la anterior.
Para este curso 2016-2017 tenía la orla pensada con bastante antelación. Trataría de un tema monacal, no sólo como homenaje a El nombre de la rosa de Umberto Eco, sino también por otra razón que no desvelaré aquí y que pueden imaginar los que conocen mi dirección de correo electrónico personal. Es una orla especial, ya que es la última que haré en el IES Vegas Bajas (aunque mis compañeros amenazan con encargarme las futuras a distancia); a donde voy no creo que se atrevan a ponerlas en mis manos. Después de varias vueltas a la idea, quería una orla que luciera llamativa y alegre como un espectáculo de fuegos artificiales. Bueno, a veces la realidad y la técnica te ponen en tu sitio y no te dejan cumplir tus deseos. La orla original para el 2017 era una explosión de colores con los alumnos bien guapos y sin retoques en el centro y con los profesores y nuestro imprescindible conserje Alonso enmarcando el cuadro. Lástima que semejante borrachera cromática saturara las posibilidades de nuestra fotocopiadora a color, manchara sus rodillos internos y dejara un resultado final en papel de todo impresentable. Ésta era la orla que me gustaría haber entregado a los alumnos.
No pudo ser y tuve que improvisar un plan alternativo en el poco tiempo que disponía para rehacer la orla e imprimirla. Se cambió el magnífico fondo de las vidrieras de la catedral de León por un modesto claustro a contraluz bien aclarado y tonalizado a verde limón en sus siluetas. El resultado no es tan bonito, no me deja satisfecho, pero era imprimible con los medios de los que disponíamos. A los alumnos a los que he pedido su sincera opinión les ha gustado y eso es lo que realmente importa.
Para acabar, perdonadme que hable un poco de mí mismo. Tras un montón de años irrepetibles, me voy de Vegas Bajas con mucha pena. Dos horas diarias de viaje en solitario empiezan a ser demasiado para un viejo y enfermo cuerpo como el mío. Despedirse de un lugar donde uno ha pasado tanto tiempo y, a pesar de los pesares, ha llegado a sentirse tan a gusto cuesta y duele, sobre todo por dejar allí a tan buenos amigos. Me voy a otro convento. Espero que el destino me reserve algo igual de bueno.
lunes, 21 de julio de 2014
Malos tiempos para el el pop-art
Tarde o temprano tenía que ocurrir. La orla del Nocturno de este año ha tenido una crítica, nunca mejor dicho, casi unánime: no ha gustado, he pinchado en hueso, ha sido un bluf monumental.
El castañazo lo veía venir. Había una idea primigenia para la orla muy distinta que precisaba de la buena disposición, paciencia y comprensión de algunos profesores, que tendrían cierto protagonismo en la orla a cambio de determinada dosis de choteo; nada demasiado grave, pero que precisaba cierta complicidad y paciencia. Esa orla destilaba una pequeña dosis de perversidad que hacía que, cuando me cruzaba con determinados compañeros, se me escapara una sonrisa malévola. Y, claro, saltaron las alarmas de los posibles damnificados. Podía haberles pedido permiso y quizá no hubieran puesto ninguna pega, pero no lo hice para no acabar con el efecto sorpresa; y cuando me dijeron "cuidadito con la orla", preferí desechar el proyecto a que éste creara algún conflicto. Así que pasamos al plan B.
El plan B consistía en crear una orla homenaje a la estética pop-art de los 60 haciéndole un guiño a la obra de Andy Warhol y sus famosos retratos. Los rostros de profesores y alumnos aparecerían con la estética informal del cómic sobre el fondo de un lienzo del propio Walhol pintado de manera muy peculiar. Una apuesta así tenía sus puntos fuertes y sus puntos débiles. Por un lado, como comentó benévolamente mi compañero Javier, una orla artística te invita a mirar cara por cara, algo que uno hace rara vez con las orlas convencionales, en las que uno va a ver principalmente su propia foto y la de los amigos. Por otro lado, ver tu cara y tu peinado cuidadosamente preparado para la ocasión transformado sin avisar en un careto pintarrajeado con colores rarunos no gusta; y con toda la razón del mundo.
Durante la cena de graduación de 2º de Bachillerato, los alumnos me hicieron saber uno por uno la desilusión que les produjo la orla. Algunas se veían como la niña de la curva, como la esposa de Shrek o como un alienígena de Avatar. Hubo también quien me dijo que le había gustado, pero curiosamente era alguien que no aparecía originalmente en ella.
El fracaso de este año no sé cómo tomarlo. Puede servirme como excusa perfecta para dejar de hacer orlas, ya que cada año lo voy llevando peor lo de los palizones de última hora para componerlas. Puede servir también como aliciente para mejorar en el futuro, un paso atrás para tomar impulso. Sea una cosa u otra, se verá más adelante.
La orla de este año, que no ha dejado indiferente a casi nadie, es ésta. Sois libres de decir lo que queráis de ella.
El castañazo lo veía venir. Había una idea primigenia para la orla muy distinta que precisaba de la buena disposición, paciencia y comprensión de algunos profesores, que tendrían cierto protagonismo en la orla a cambio de determinada dosis de choteo; nada demasiado grave, pero que precisaba cierta complicidad y paciencia. Esa orla destilaba una pequeña dosis de perversidad que hacía que, cuando me cruzaba con determinados compañeros, se me escapara una sonrisa malévola. Y, claro, saltaron las alarmas de los posibles damnificados. Podía haberles pedido permiso y quizá no hubieran puesto ninguna pega, pero no lo hice para no acabar con el efecto sorpresa; y cuando me dijeron "cuidadito con la orla", preferí desechar el proyecto a que éste creara algún conflicto. Así que pasamos al plan B.
El plan B consistía en crear una orla homenaje a la estética pop-art de los 60 haciéndole un guiño a la obra de Andy Warhol y sus famosos retratos. Los rostros de profesores y alumnos aparecerían con la estética informal del cómic sobre el fondo de un lienzo del propio Walhol pintado de manera muy peculiar. Una apuesta así tenía sus puntos fuertes y sus puntos débiles. Por un lado, como comentó benévolamente mi compañero Javier, una orla artística te invita a mirar cara por cara, algo que uno hace rara vez con las orlas convencionales, en las que uno va a ver principalmente su propia foto y la de los amigos. Por otro lado, ver tu cara y tu peinado cuidadosamente preparado para la ocasión transformado sin avisar en un careto pintarrajeado con colores rarunos no gusta; y con toda la razón del mundo.
Durante la cena de graduación de 2º de Bachillerato, los alumnos me hicieron saber uno por uno la desilusión que les produjo la orla. Algunas se veían como la niña de la curva, como la esposa de Shrek o como un alienígena de Avatar. Hubo también quien me dijo que le había gustado, pero curiosamente era alguien que no aparecía originalmente en ella.
El fracaso de este año no sé cómo tomarlo. Puede servirme como excusa perfecta para dejar de hacer orlas, ya que cada año lo voy llevando peor lo de los palizones de última hora para componerlas. Puede servir también como aliciente para mejorar en el futuro, un paso atrás para tomar impulso. Sea una cosa u otra, se verá más adelante.
La orla de este año, que no ha dejado indiferente a casi nadie, es ésta. Sois libres de decir lo que queráis de ella.
jueves, 4 de julio de 2013
Las últimas orlas del Nocturno
La tradición de componer orlas estrafalariamente distintas en el Vegas Bajas nocturno no se ha perdido en los últimos años, aunque éstas no hayan aparecido en este blog, tan abandonado por la desidia de los profesores. Entono el mea culpa de nuevo. En los últimos cursos los alumnos y algunos profesores han realizado actividades muy interesantes que merecían haber sido difundidas en esta página; pero por unas cosas o por otras hemos ido dejando de lado este blog, especialmente yo. A ver si los responsables hacemos propósito de enmienda para el curso que viene.
No sé si este año ha sido el último en el que me encargo de la orla del Nocturno. Cada año me propongo hacer la orla antes para que no se junte el trabajo de composición con el final de curso de 2º de Bachillerato y así poder tomarme mi tiempo, realizarla con calma y con cariño... pero siempre acabo por hacerla a última hora, trasnochando durante la semana final de mayo y retocando fallos justo antes de la impresión, cuando faltan un par de horas para la entrega. Siempre me digo que ya está bien, que no vuelvo más, que es la última vez que me pasa... y siempre vuelvo a tropezar en la misma piedra. Pero este año en concreto he estado a un tris de mandarlo todo al garete (por no decir algo menos decoroso).
Las orlas de los últimos años han tenido como tema dos formas distintas de arte. La de la promoción del 2011-2012 fue un homenaje a los clásicos de la pintura. Quizá los profesores tengamos demasiado protagonismo en ella y los alumnos, a quienes debe dedicarse la orla, merecían algo mejor. No acabé demasiado convencido con el resultado en su momento y sigo sin estarlo ahora, pero reconozco que pasé ratos muy divertidos caracterizando a mis compañeros.
La orla de este pasado 2012-2013 quise que estuviese dedicada al cine, en concreto al género clásico por excelencia: el western. El Noctuno tiene algo de fronterizo, de agreste, si me pongo estupendo diría que tiene su faceta épica. Una orla en blanco y negro con el far west como motivo podría retratar estupendamente el espíritu del Nocturno.
Como eran pocos los alumnos que al principio se decidieron a poner su imagen en mis manos, me decidí por vez primera a caracterizarlos también, lo cual ha supuesto un trabajo extra. Después se quisieron sumar algunos alumnos más y el trabajo acabó siendo bastante extenuante... tanto que acabé harto de la dichosa orla. El resultado está plagado de fallos que no tuve tiempo de corregir, pero a los alumnos parece haberles gustado; eso se agradece y compensa tantas horas de estar renegando de todo lo que se menea delante del Gimp.
No sé si este año ha sido el último en el que me encargo de la orla del Nocturno. Cada año me propongo hacer la orla antes para que no se junte el trabajo de composición con el final de curso de 2º de Bachillerato y así poder tomarme mi tiempo, realizarla con calma y con cariño... pero siempre acabo por hacerla a última hora, trasnochando durante la semana final de mayo y retocando fallos justo antes de la impresión, cuando faltan un par de horas para la entrega. Siempre me digo que ya está bien, que no vuelvo más, que es la última vez que me pasa... y siempre vuelvo a tropezar en la misma piedra. Pero este año en concreto he estado a un tris de mandarlo todo al garete (por no decir algo menos decoroso).
Las orlas de los últimos años han tenido como tema dos formas distintas de arte. La de la promoción del 2011-2012 fue un homenaje a los clásicos de la pintura. Quizá los profesores tengamos demasiado protagonismo en ella y los alumnos, a quienes debe dedicarse la orla, merecían algo mejor. No acabé demasiado convencido con el resultado en su momento y sigo sin estarlo ahora, pero reconozco que pasé ratos muy divertidos caracterizando a mis compañeros.
La orla de este pasado 2012-2013 quise que estuviese dedicada al cine, en concreto al género clásico por excelencia: el western. El Noctuno tiene algo de fronterizo, de agreste, si me pongo estupendo diría que tiene su faceta épica. Una orla en blanco y negro con el far west como motivo podría retratar estupendamente el espíritu del Nocturno.
Como eran pocos los alumnos que al principio se decidieron a poner su imagen en mis manos, me decidí por vez primera a caracterizarlos también, lo cual ha supuesto un trabajo extra. Después se quisieron sumar algunos alumnos más y el trabajo acabó siendo bastante extenuante... tanto que acabé harto de la dichosa orla. El resultado está plagado de fallos que no tuve tiempo de corregir, pero a los alumnos parece haberles gustado; eso se agradece y compensa tantas horas de estar renegando de todo lo que se menea delante del Gimp.
sábado, 20 de abril de 2013
El cyborg, entre filias y fobias
El film "Sin límites" (Limitless, Neil Burger, 2011) traslada el mito de Fausto al territorio de la ontología cyborg. El resultado es un producto que tiene la curiosa propiedad de dividir al público entre partidarios y detractores de las decisiones del protagonista.
Pero vayamos por partes ¿Quién era Fausto? En la tradición popular (versionada una y mil veces en la literatura, la ópera y el cine) Fausto era alguien insatisfecho con su vida que vende su alma al diablo a cambio de veinticuatro años de creatividad intelectual y acceso a los placeres mundanos. Sobra decir que la decisión de Fausto siempre ha sido considerada pecaminosa por vender al diablo su alma inmortal.
En el film de Burger el diablo no existe, pero surge un nuevo dilema moral: el protagonista adquiere, gracias a una droga experimental, capacidades mentales muy superiores a las de los humanos convencionales ¿Se trata de una mejora de su condición humana o, por el contrario, de una renuncia a su humanidad?
Y es en este punto donde el mito de Fausto entra en el territorio cyborg. Para la cultura cyberpunk el cyborg es el resultado de la mejora del ser humano por métodos artificiales. Desde la simple utilización de gafas, piezas dentales u otras prótesis externas hasta la ampliación de las capacidades mentales mediante implantes electrónicos, pasando por la cirugía de reasignación de género o el uso de órganos artificiales, un amplio abanico de procedimientos médicos permiten modificar nuestros cuerpos a voluntad. Frente a esta posibilidad las opiniones del público (y de la sociedad en general) están encontradas:
Es sólo cuestión de tiempo que estas preguntas, ahora aparentemente absurdas, formen parte de una problemática social real.
Pero vayamos por partes ¿Quién era Fausto? En la tradición popular (versionada una y mil veces en la literatura, la ópera y el cine) Fausto era alguien insatisfecho con su vida que vende su alma al diablo a cambio de veinticuatro años de creatividad intelectual y acceso a los placeres mundanos. Sobra decir que la decisión de Fausto siempre ha sido considerada pecaminosa por vender al diablo su alma inmortal.
En el film de Burger el diablo no existe, pero surge un nuevo dilema moral: el protagonista adquiere, gracias a una droga experimental, capacidades mentales muy superiores a las de los humanos convencionales ¿Se trata de una mejora de su condición humana o, por el contrario, de una renuncia a su humanidad?
Y es en este punto donde el mito de Fausto entra en el territorio cyborg. Para la cultura cyberpunk el cyborg es el resultado de la mejora del ser humano por métodos artificiales. Desde la simple utilización de gafas, piezas dentales u otras prótesis externas hasta la ampliación de las capacidades mentales mediante implantes electrónicos, pasando por la cirugía de reasignación de género o el uso de órganos artificiales, un amplio abanico de procedimientos médicos permiten modificar nuestros cuerpos a voluntad. Frente a esta posibilidad las opiniones del público (y de la sociedad en general) están encontradas:
- Algunos espectadores consideran aberrante la conducta del protagonista (con comentarios tales como "no es natural", "no es justo", "es un insulto a la inteligencia el que dependa de una pastilla") e hipócrita la de quienes sabiendo cual es el origen de las capacidades del protagonista aceptan de buen grado su comportamiento aunque se nieguen a hacer lo mismo que él.
- Otros, sin embargo, no ven ningún problema moral en aprovechar la posibilidad de realizar mejoras en el propio cuerpo (incluso asumiendo el riesgo de efectos secundarios no deseados) siempre y cuando dicha posibilidad estuviese al alcance de todos.
Es sólo cuestión de tiempo que estas preguntas, ahora aparentemente absurdas, formen parte de una problemática social real.
lunes, 20 de junio de 2011
EXCLUSUS AMATOR
Recreación moderna de una escena típica de una ronda de amor romana, en la que el enamorado intenta entrar en la casa de la amada, pero es excluido por el portero que férreamente cumple con los mandatos paternos.
Se ha modernizado el tópico literario y se han empleado expresiones comunes entre los alumnos. He aquí las más relevantes:
- "Aberroncho": neologismo. Se dice de la persona que está "aberronchada", esto es, que está fija y clavada en un sitio como una "berroncha" o verruga, produciendo un continuo malestar.
- "Curtir el lomo": endurecer la espalda una persona a otra gracias al manejo magistral de una vara de avellano.
- "Crujir vivo": expresión análoga a la anterior puesta de moda por el genial humorista José Mota.
Este vídeo es fruto del Proyecto Musa Renascens en el que han participado alumnos de 1º de Bachillerato (régimen nocturno) del IES Vegas Bajas (Montijo, Badajoz).
sábado, 4 de junio de 2011
Carpe diem
Mariano Martín, técnico en audiovisuales y alumno de 1º de Bachillerato, en el IES Vegas Bajas dirige este vídeo imitando el fragmento 1 D. de Mimnermo. Con pericia y gran talento Mariano narra en pocos minutos el sentimiento universal del paso del tiempo que se expresa literariamente con la alabanza de juventud y denuesto de la vejez. El maquillaje y la caracterización han sido realizadas magistralmente por Isabel de los Ángeles González Garrido. En el "spot" han participado como protagonistas y extras sus compañeros de curso. Destacan, sin duda, por su caracterización los viejos (Miguel Ángel Rico y José Antonio Gragera). También con gran profesionalidad han actuado el matrimonio (Ataúlfo Salguero, Ufi, y Johanna Tabares), el niño (José Flecha) y la pareja de jóvenes (Paloma Fernández y José María Toro). Como jugadores de fútbol aparencen Roberto Cacho, Antonio Amador, Juan Manuel Rodríguez y Ángel Vélez).
Este vídeo creativo es fruto del proyecto Musa Renascens realizado durante el curso 2010-11 en el Bachillerato Nocturno del IES Vegas Bajas de Montijo (Badajoz, Spain).
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