Día 3. 7:30 horas. Toca levantarse de la cama. Desayuno en el hotel como de costumbre y salida con retraso como de costumbre también. Nos dirigimos a la plaza de Omonia, la segunda más importante de Atenas a través del barrio de Monastiráki, pasando por su Kendrikí Agorá, es decir, el Mercado Central, que tiene muchas reminiscencias de los bazares orientales. Vemos una ciudad viva, en plena ebullición, con una multitud de puestos callejeros en los que se vende de todo y para todos: monturas de gafas del año de Maricastaña, radios antiguas y toda suerte de cosas (Si. Dan ganas de coger esos objetos que estorban en casa y sacarse unos cuartos con ellos). Y como no podía ser de otra manera los períptera (quioscos) de la Plaza Omonia llenos de revistas y películas "porno" para todos los gustos y a la vista de todos.
Seguimos en frente y llegamos al Museo Arqueológico Nacional que nos permite ver la evolución principalmente de la escultura griega desde el Neolítico pasando por la cultura cicládica (de este archipiélago del mar Egeo) y la cultura micénica para luego adentrarse en la época oscura con la famosa etapa geométrica (enorme uno de los vasos del Dypilón) y de ahí la evolución de la etapa arcaica, clásica y helenística hasta llegar a la época romana, finalizando en el Alto Imperio. Además, pudimos ver unas secciones más cortas dedicadas a los objetos de bronce a lo largo de toda Grecia y una colección privada, cedida al museo, de arte egipcio, siguiendo su evolución desde el Imperio Antiguo hasta la época romana.
Cuando salimos, la necesidad apremiaba y decidimos tomarnos un respiro yéndonos de nuevo a la Plaza Omonia. En eso entramos en una manifestación en la que por altavoces los dirigentes sindicales arengaban a los participantes, que portaban pancartas para protestar por la situación económica, sobre todo en vista de que mañana hay huelga general. Paralelamente fuimos obsequiados con una muestra de champú anunciado por un conocido futbolista muy bien pagado de cierto equipo de Madrid que una chica iba dando al lado de un períptero. En fin, reivindicación proletaria y economía de mercado en un mismo espacio... las contradicciones del sistema capitalista, oigan.
Mientras tanto, algunos de nuestros alumnos, a pesar de los repetidos (y fallidos) intentos de controlarles, no dejaban de hacer el ganso por la calle canturreando o echando piropos a las chicas... Se ve que las hormonas todavía bullen con cierta fuerza. El clímax fue cuando encontramos un grupo de amerindios cantando en la calle en plena Plaza Omonia y les preguntamos si eran del Perú, lo que llevó a una bonita conversación y algo más. Amenizando la velada una muestra representativa de nuestros alumnos se dedicó a cantar, para hacer las delicias del público presente, la famosa canción de la "Macarena" con baile incluido y todo haciendo uso del equipo de sonido de los peruanos.
Y como eso da hambre, fuimos al Hondos Center ("El Corte Inglés" pero a la griega), en el que pudimos saborear deliciosos tentempies dulces y salados, amén de los proverbiales cafés al estilo griego. Y de ahí hacia la costa. Metro hasta la Plaza Sýndagma y tranvía en dirección Voula desde donde alcanzamos la localidad de Glyfáda, a orillas del Egeo y con vistas a las islas de Egina y Salamina, la región de la Argólida al fondo (ya en el Peloponeso) y, en general, todo el Golfo Sarónico. Ello nos permitió comer tranquilamente y dar paseos al lado del mar en medio de una temperatura que, ora estaba fresco, ora hacía calor, propio de un mes traicionero que anuncia la primavera, pero con temperaturas de 17ºC.
A la vuelta, nos dirigimos a El Pireo en tranvía en otra línea con la intención de conectar con la línea de metro en Nea Falíro. La mala suerte quiso que llegásemos y nos encontrásemos con un tramo en obras lo cual, al no estar señalizado, nos desconcertó. Para más inri, el que suscribe, decide que nos subamos en el metro que estaba en el andén hasta la estación terminal de El Pireo por si allí hay algún tipo de cambio o el metro sigue sin parar en la estación en la que estábamos pero en dirección a nuestro destino. Cuando ya había entrado, los chavales, que estaban algo retrasados, algunos cansados, otros absortos en sus conversaciones, las puertas se cierran, llevando al profesor solo hasta la estación terminal, de la que tuvo que volver y, ya sí, con información en mano, llevar a los alumnos a la parada cercana de autobuses que hacían el transbordo de forma gratuita hasta la siguiente estación. Desde allí, cual sardinas en lata por razones obvias, conseguimos sobrevivir y llegar a la estación a la que nos proponíamos de Neratziotissa, al norte de la ciudad de Atenas con la intención de enseñarles el centro comercial «The Mall» para ver y realizar algunas compras.
Finalmente, todos cansados, regresamos otra vez en metro y cenamos un tentempié ligero cerca del hotel. El cansancio de ellos pudo más que los deseos de comer. Es por lo que no se encontrarán aquí comentarios de los alumnos en el día de hoy. El profesor consiguió reventar a los alumnos. Je. Je. Je.
Así que nada, ahora descansamos plácidamente ya que mañana nos espera una dura travesía de 300 km. por el Peloponeso. Seguimos agradeciendo a nuestros fans las muestras de apoyo, pero sobre todo las de su envidia cochina. Ja. Ja. Ja.
Foto 1. Frente al Museo Arqueológico Nacional.Seguimos en frente y llegamos al Museo Arqueológico Nacional que nos permite ver la evolución principalmente de la escultura griega desde el Neolítico pasando por la cultura cicládica (de este archipiélago del mar Egeo) y la cultura micénica para luego adentrarse en la época oscura con la famosa etapa geométrica (enorme uno de los vasos del Dypilón) y de ahí la evolución de la etapa arcaica, clásica y helenística hasta llegar a la época romana, finalizando en el Alto Imperio. Además, pudimos ver unas secciones más cortas dedicadas a los objetos de bronce a lo largo de toda Grecia y una colección privada, cedida al museo, de arte egipcio, siguiendo su evolución desde el Imperio Antiguo hasta la época romana.
Cuando salimos, la necesidad apremiaba y decidimos tomarnos un respiro yéndonos de nuevo a la Plaza Omonia. En eso entramos en una manifestación en la que por altavoces los dirigentes sindicales arengaban a los participantes, que portaban pancartas para protestar por la situación económica, sobre todo en vista de que mañana hay huelga general. Paralelamente fuimos obsequiados con una muestra de champú anunciado por un conocido futbolista muy bien pagado de cierto equipo de Madrid que una chica iba dando al lado de un períptero. En fin, reivindicación proletaria y economía de mercado en un mismo espacio... las contradicciones del sistema capitalista, oigan.
Mientras tanto, algunos de nuestros alumnos, a pesar de los repetidos (y fallidos) intentos de controlarles, no dejaban de hacer el ganso por la calle canturreando o echando piropos a las chicas... Se ve que las hormonas todavía bullen con cierta fuerza. El clímax fue cuando encontramos un grupo de amerindios cantando en la calle en plena Plaza Omonia y les preguntamos si eran del Perú, lo que llevó a una bonita conversación y algo más. Amenizando la velada una muestra representativa de nuestros alumnos se dedicó a cantar, para hacer las delicias del público presente, la famosa canción de la "Macarena" con baile incluido y todo haciendo uso del equipo de sonido de los peruanos.
Y como eso da hambre, fuimos al Hondos Center ("El Corte Inglés" pero a la griega), en el que pudimos saborear deliciosos tentempies dulces y salados, amén de los proverbiales cafés al estilo griego. Y de ahí hacia la costa. Metro hasta la Plaza Sýndagma y tranvía en dirección Voula desde donde alcanzamos la localidad de Glyfáda, a orillas del Egeo y con vistas a las islas de Egina y Salamina, la región de la Argólida al fondo (ya en el Peloponeso) y, en general, todo el Golfo Sarónico. Ello nos permitió comer tranquilamente y dar paseos al lado del mar en medio de una temperatura que, ora estaba fresco, ora hacía calor, propio de un mes traicionero que anuncia la primavera, pero con temperaturas de 17ºC.
A la vuelta, nos dirigimos a El Pireo en tranvía en otra línea con la intención de conectar con la línea de metro en Nea Falíro. La mala suerte quiso que llegásemos y nos encontrásemos con un tramo en obras lo cual, al no estar señalizado, nos desconcertó. Para más inri, el que suscribe, decide que nos subamos en el metro que estaba en el andén hasta la estación terminal de El Pireo por si allí hay algún tipo de cambio o el metro sigue sin parar en la estación en la que estábamos pero en dirección a nuestro destino. Cuando ya había entrado, los chavales, que estaban algo retrasados, algunos cansados, otros absortos en sus conversaciones, las puertas se cierran, llevando al profesor solo hasta la estación terminal, de la que tuvo que volver y, ya sí, con información en mano, llevar a los alumnos a la parada cercana de autobuses que hacían el transbordo de forma gratuita hasta la siguiente estación. Desde allí, cual sardinas en lata por razones obvias, conseguimos sobrevivir y llegar a la estación a la que nos proponíamos de Neratziotissa, al norte de la ciudad de Atenas con la intención de enseñarles el centro comercial «The Mall» para ver y realizar algunas compras.
Finalmente, todos cansados, regresamos otra vez en metro y cenamos un tentempié ligero cerca del hotel. El cansancio de ellos pudo más que los deseos de comer. Es por lo que no se encontrarán aquí comentarios de los alumnos en el día de hoy. El profesor consiguió reventar a los alumnos. Je. Je. Je.
Así que nada, ahora descansamos plácidamente ya que mañana nos espera una dura travesía de 300 km. por el Peloponeso. Seguimos agradeciendo a nuestros fans las muestras de apoyo, pero sobre todo las de su envidia cochina. Ja. Ja. Ja.
Foto 2. Cantando la "Macarena" en la Plaza Omonia.
Foto 3. Puerto pesquero y marina de Glyfada con la isla de Egina al fondo.
Foto 4. Tranvía a Voula.
Foto 5. En el tranvía.
Foto 6. Puesta de sol sobre el Egeo.
Foto 7. Autopista hacia Atenas vista desde la estación de Neo Falíro (en El Pireo).
4 comentarios:
olaaaa!!!!!!q cara de felicidad teneis todos ehhh!!!la verdd es q dais muxisima envidia jejej..weno pasarlo muy bien y bss a todos
Hola Helen@s, pese a la envidia que os tenemos, nos consuela ahora este tiempo primaveral, de cálida temperatura y vientos suaves, que inunda a Montijo. El cielo está completamente despejado y podemos ver hacia el este, más allá de la roca de San Serván, el teatro romano de Mérida y hacia el este la alcazaba árabe de Badajoz -incluso se ve la acrópolis de Santa Lucía en Elvas-. Podemos también atisbar a lo lejos la playa de Barbate, si activamos el Google Earth. Un abrazo y cuidado con los músicos cantaores...
Ps.: analizaremos en griego tus fabulosas crónicas, Natán.
Natán, el domingo vente con nosotros a París como cronista, por favor. Ya sabes, a las 23:30 salimos del aparcamiento del Vegas Bajas, jajaja.
Por cierto, dame esos trucos para dejar a los alumnos reventados por la noche, que quiero poder dormir en el hotel.
Espero que lo sigáis pasando igual de bien. Y que sepáis que lo que dice Ángel es cierto: el tiempo primaveral se ha apoderado de las Vegas Bajas y aquí se está de escándalo.
Por cierto, soy Silvia (Extraescolares). Que por ahí hay otra Silvia (es que lo bueno abunda :p )
Je. Je. Je. Aquí también ha mejorado sensiblemente el tiempo. Estuvimos a 17ºC, aunque aún refresca algo por la noche. Mañana tendremos las costas de Italia al oeste, la llanura de Mesenia al sur y la Arcadia Feliz al este, como felices estamos.
Abrazos también para ti, Anyelous!
Para Silvia: Sería bueno empalmar un viaje con otro. Ja. Ja. Ja. En cuanto al secreto para dejar reventados a los alumnos es fácil: se les hace caminar mucho un día y al día siguiente no se mueven y tú duermes como una reina. Eso sí, solo está recomendado si tienes cierta capacidad de aguante. Suerte con el viaje y ya me contarás.
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