Quizá porque lo tenemos cerca de casa, quizá porque es una de esas visitas que tenemos siempre pendientes pero nunca hacemos, lo cierto es que buena parte del alumnado del nocturno del IES Vegas Bajas desconocía esta joya del arte megalítico que es el Dolmen de Lácara.
Situado a unos 30 km. del Instituto, en las cercanías de las Navas de Santiago, el dolmen de Lácara es un magnífico ejemplo de dolmen de corredor que es propio de la zona centro-oriental de Extremadura en la época del Bronce. Frente a otro tipo de dólmenes más "clásicos" (como los que podemos ver en la zona de Valencia de Alcántara), propios de la zona de la Raya y de la vecina región del Alentejo, el dolmen de Lácara presenta una complejidad en su estructura digna de mención.
Situado a unos 30 km. del Instituto, en las cercanías de las Navas de Santiago, el dolmen de Lácara es un magnífico ejemplo de dolmen de corredor que es propio de la zona centro-oriental de Extremadura en la época del Bronce. Frente a otro tipo de dólmenes más "clásicos" (como los que podemos ver en la zona de Valencia de Alcántara), propios de la zona de la Raya y de la vecina región del Alentejo, el dolmen de Lácara presenta una complejidad en su estructura digna de mención.
El dolmen está situado en un pequeño otero desde el cual se divisa la dehesa circundante y la vecina Sierra de San Pedro. El paisaje es el típico paisaje adehesado en el que se mezclan armoniosamente encinas y alcornoques según el grado de humedad y las precipitaciones de la zona. La presencia de varios ejemplares de alcornoque nos lleva a pensar en unas precipitaciones superiores a 500 mm anuales, que es la condicion sine qua non para que se pueda desarrollar este tipo de especies.
El dolmen presenta una estructura en la que existe una entrada jalonada por dos grandes bloques de piedra o megalitos (del griego μέγας, "grande" y λιθός, "piedra") que forman un corredor cubierto hasta llegar a un espacio circular, de carácter tumular que hoy nos aparece al descubierto pero que estaba totalmente cubierto por piedra, formando una falsa cúpula, y tierra, como lo parece probar el hecho de que a su alrededor encontramos varios niveles en los que predominan los guijarros, pequeños cantos, mezclados entre la tierra.
Se trataría, sin duda, de la tumba de algún personaje importante dentro de una sociedad de clanes, probablemente de algún estamento guerrero y podría servir, al mismo tiempo, como una forma de reafirmación en la posesión del territorio de la comunidad.
En este sentido, Extremadura no escapó a la tónica general del megalitismo que se dio en Europa a lo largo del III milenio a.C., lo que nos demuestra que nuestra comunidad ya contaba con sociedades sedentarias, de agricultores y guerreros en esta época. Y nosotros tenemos la suerte de encontrarnos, más de cuatro mil años después, con lo que hicieron nuestros antepasados, como vivo testimonio de una época.
Como no podía ser menos, no se puede cerrar este 'post' sin unas fotos de rigor, recogidas en sendas excursiones durante los cursos 2007/2008 y 2008/2009.
Foto 1. Entrada al dolmen.
Foto 2. Corredor del dolmen.
Foto 3. Cabecera con estructura tumular, que estaría cubierta por una falsa cúpula.
Foto 4. Riberas pantanosas del río Lácara.
Foto 5. Imagen de la dehesa y de la Sierra de San Pedro en las cercanías del dolmen.
Foto 6. Atardecer en la dehesa.
Foto 7. Participantes de la excursión del curso 2007/2008 con Pacopepe a la cabeza.
Foto 8. Algunos participantes de la excursión del curso 2008/2009.
Foto 9. El profesor Marcos García, de Biología, dando una clase magistral.
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Mapa 1. Mapa de situación.
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